Lean startup principles
Los emprendedores están en todas partes
Este principio parte de la idea que no es necesario tener en mente el plan de formar una empresa en el futuro. Podemos ser emprendedores desde la misma compañía para la que laboramos en este momento. Un empleado es emprendedor cuando toma la iniciativa de cambiar procesos o llevar ideas innovadoras al área en la que trabaja. Si eres de esas personas que nunca se conforman con hacer únicamente las tareas que le son asignadas dentro de su rutina diaria, y por el contrario, buscas enterarte de qué ocurre dentro y fuera de tu organización o como disminuir los tiempos de entrega en determinado proyecto, puedes considerarte desde ya, un auténtico emprendedor. Ser emprendedor es la manera más rápida de ascender dentro de una compañía y también una gran forma de crecer profesionalmente sin invertir una gran cantidad de dinero.
Por otro lado, están las personas que anhelan tener un negocio propio, llevar a cabo una idea, transformada en la entrega de un producto o servicio. Estos emprendedores en algunos casos inician con un presupuesto muy bajo, o buscan financiamiento para realizar su emprendimiento. También se incluye dentro de los emprendedores aquellos que cuentan con un presupuesto amplio para iniciar una empresa o que en la búsqueda de ampliar su mercado, trabajan en la diversificación de sus productos o servicios.
El emprendimiento es gerencia
El inicio de un nuevo producto requiere de organización y evaluación constante de los resultados. Cuando se lanza una Start Up se debe tener en cuenta que no estamos manejando sólo un producto, sino todo un ecosistema de procesos e información que dependiendo de los resultados y acciones que tomemos a corto plazo puede conducirnos al éxito o fracaso de la empresa.
Pueden darse 3 principales casos dentro de la gestión: el primer resultado, que se obtengan un buen margen de ingresos y se confíe demasiado en la forma en que se ha constituido la empresa y no se hagan cambios, o mejoras por no considerarse necesario. En cierto modo la ilusión del éxito puede conducir al estancamiento y a la falta de metodología para hacer mediciones certeras.
El segundo caso, que ocurra un cambio temprano de los fundadores (como ocurrió con Apple y Steve Jobs hace unos años atrás). Esto trae consecuencias a nivel de imagen, innovación, calidad, etc. Particularmente con Apple, dicho cambio a mediano plazo condujo al retorno de Jobs al frente de la organización. El tercer caso, pero no menos importante, cuando se aprecian los errores cometidos en la producción del producto o prestación del servicio y no se realizan los cambios a tiempo o no se crea una metodología adecuada para reorientar el proceso y conducir la dirección de la empresa hacia un mejor destino.
Es necesario validar el aprendizaje
En la aplicación del método Lean Start Up, el crecimiento de números por si solos, no bastan. Este método persigue además plantearse de qué manera nuestro servicio o producto mejora la vida de los consumidores. ¿De qué depende el factor de crecimiento? ¿Cuál grupo social consume más nuestro producto? ¿Cuál es el alcance total? ¿Cómo podría ser el futuro del producto? Estas y otras preguntas, nos permiten afrontar los posibles riesgos de nuestra empresa con el paso del tiempo.
La validación del aprendizaje se presenta por lo tanto, en forma de datos y estos datos nos deben mostrar que los posibles riesgos de la empresa, han sido cubiertos por el producto actual presente en el mercado.
Innovación contable
Más allá de la contabilidad tradicional, toda Start Up en esta era, necesita de otro tipo de mediciones en el campo administrativo. Con la finalidad de mejorar el progreso y sostener el emprendimiento de una manera responsable, debemos concentrarnos también en el aspecto no tan divertido dentro de este concepto. ¿Y cómo hacerlo? Buscando las preguntas correctas en el momento preciso: ¿Cómo se debe medir el proceso? ¿De qué manera se deben priorizar las tareas? ¿De qué manera definimos las fases o etapas de lanzamiento del producto? Todo esto requiere de un nuevo tipo de contabilidad, un timing, tiempos establecidos de inicio, ejecución y culminación de la obra. Aquí también se mide el comportamiento del consumidor objetivo, su movilización o cambios de preferencias con el tiempo, se toma en cuenta el feedback ofrecido por los consumidores y permite someter a prueba constante el producto, siempre con el objetivo de conseguir mejores rendimientos con el menor desgaste posible. Pero sobre todo para conseguir que nuestro producto no pierda vigencia en el tiempo y estar atentos a los cambios y consecuencias que pudiese afectar también los movimientos de la competencia, en nuestro producto.
Construye - Mide - Aprende
En este punto se concentra el factor más importante dentro del mundo del emprendimiento, comparándolo con las funciones del cuerpo humano, esta parte es el corazón de todo emprendimiento, lo que hace bombear el resto de las ideas y procesos, envuelve toda la mecánica de lanzar un producto al mínimo costo posible, medir el nivel de aceptación o rechazo por parte del consumidor y posteriormente hacer los ajustes necesarios, para mejorar o para descartar la idea (pivotaje, si la empresa decide cambiar o pivotar de estrategia, deberá reiniciar todo el proceso desde cero). Un comienzo exitoso deberá orientarnos hacia la aceleración del sistema de retroalimentación. No es necesario esperar hasta conseguir el producto perfecto, bastará con que sea lo suficiente bueno, para darlo a conocer al mercado y hacer las primeras mediciones, en esto se basa la idea de fail fast. Contrario a lo que algunos piensan no se trata de que debemos fallar rápidamente, o esperar un fracaso desde el inicio, por el contrario, se busca con ello obtener el aprendizaje que nos conduzca al éxito lo más pronto posible. Esto es lo que se conoce como el Producto mínimo viable, a través del cual recogeremos la mayor cantidad de aprendizaje posible en el menor tiempo y al menor esfuerzo.